Appartamento
Frari

Este apartamento fue adquirido en 2013. Durante 8 meses visité 50 apartamentos sin encontrar lo que buscaba, ¡hasta que finalmente lo hice! Nada más abrir la puerta de entrada se presentó una vista que no podía imaginar: ante mí la Iglesia gótica de Frari y el campo rodeado de hermosos edificios. También el comedor y un dormitorio ofrecen las mismas vistas con perspectivas ligeramente diferentes. La parte trasera de la casa disfruta de una amplia y alegre visión de un campo pequeño y del jardín interior del Palazzo Zen.

En el apartamento de Frari vivió una famosa escritora francesa más de diez años. Me dijo que debía volver a París porque escribía libros basados en la vida de las personas, pero estar en esta casa le gustaba tanto que no salía y perdía el contacto con la gente. Prefería mirar a través de la gran ventana todo aquello que sucedía en el campo, “¡es como estar en un teatro!” Antes de ella vivía en la casa un señor alemán que inventaba juegos de mesa. He constatado personalmente, y también quienes han pasado por aquí, lo bien que uno se siente en este lugar. Me gusta pensar que esto también depende de la energía positiva de las personas que han vivido aquí.

El mobiliario es una de mis pasiones, aunque en este caso he prestado atención a mantener la vista externa como el actor principal. A lo largo del tiempo me he cansado del falso estilo del 1700 que abunda por aquí y he querido hacer una cosa diferente guardando a su vez los elementos característicos de Venecia. Quería darle una nueva vida a objetos que ya tenían una historia. La señora francesa me dejó algunas lámparas de araña de Murano y muebles oscuros de dos puertas. Pinté las paredes blancas y las dos puertas para dibujar el horizonte del Gran Canal de Venecia en 1700. Las lámparas de araña han pasado a ser de pie. Los sofás los he restaurado al estilo antiguo, con un lino natural de color crudo suave amenizado con cojines naranjas. He agrandado una foto que tome sobre los reflejos en el agua y la puse bajo un cristal que se ha convertido en una mesa entre los sofás. He decolorado una antigua alfombra persa y la he teñido de color salmón. Los muebles antiguos del salón y la habitación provocan un ambiente cálido. Las grandes lámparas del salón las he conformado como dos nubes de tela blanca, y para conseguir una luz más íntima hay lámparas de Murano.

Me gusta sentarme en la pequeña terraza bebiendo prosecco y ver la luz del atardecer que pasa a través de las antiguas ventanas de la iglesia. Puedo dar la razón a la escritora francesa: esta casa te fascina y no te dan ganas de salir. En el apartamento hay una luz increíble y muy difícil de encontrar en Venecia, ya que las casas están muy juntas unas a otras y difícilmente se puede ver el sol. El apartamento está orientado al sur, lo que hace indispensables las grandes cortinas de lona roja. Todas las habitaciones tienen aire acondicionado.